martes, 17 de mayo de 2011

en el centro, Graciela Caprarulo

Paraíso perdido
y caían los muertos
como cae el follaje de los árboles
en el umbral del invierno

y los sueños fueron armas en nuestras manos
una plegaria dolida
para que algún dios viniera
a coronar la rebelión del justo

creíamos en los amaneceres
en los libres del mundo
en la virtud del pan
en la bienaventuranza
creíamos en el abrigo de los brazos
en la nobleza del vino
en el final del hambre

pero el día llegó
en que deshabitamos los sueños

los árboles estaban raídos
esquivos a toda primavera

tuvimos que emigrar
hacia otra nueva fundación del día

el paraíso está repleto de inquilinos
gente que supo ayunar de los placeres
y elevar sus oraciones antes e la ingesta

somos los desterrados al oriente del mundo
vemos nacer el Sol cada mañana

a Beatriz Schaefer Peña
en Poesía argentina contemporánea Parte I

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