martes, 29 de diciembre de 2009

para el año que empieza

En Año Nuevo,
quién pudiera, de nuevo,
hacerse niño

正月の子供に成て見たき哉 一茶
Shôgatsu no kodomo ni natte mitaki kana

Kobayashi Issa (1763-1827)


Haikus de primavera, en Traducir Japón
versión Alberto Silva

domingo, 27 de diciembre de 2009

Macedonio y el verso libre


"Lo cómico que le ha pasado al verso es doble: que queriendo salvarse por Música, ha tomado de ésta lo peor: el Compás, y ha inventado una estúpida suposición de Música: la Rima, con la que a ningún músico le habría ocurrido apestar la Música" Macedonio Fernández

"Esencias, o bien nieblas, para el problema de la poesía y el compás. Para una Teoría del Arte", en Para una Metafísica Argentina , 1927.

Suave encantamiento

Profundos y plenos
cual dos graciosas y pequeñas inmensidades
moran tus ojos en tu rostro
como dueños;
y cuando en su fondo
veo jugar y ascender
la llama de un alma radiosa
parece que la mañana se incorpora
luminosa, allá entre mar y cielo,
sobre la línea que soñando se mece
entre los dos azules imperios,
la línea en que nuestro corazón se detiene
para que sus esperanzas la acaricien
y la bese nuestra mirada,
cuando nuestro ser contempla
enjugando sus lágrimas
y, silenciosamente,
se abre a todas las brisas de la Vida;
cuando miramos
las cenizas de los días que fueron
flotando en el Pasado
como en el fondo del camino
el polvo de nuestras peregrinaciones.
ojos que se abren como las mañanas
y que cerrándose dejan caer la tarde.

Martín Fierro, 1904

no te vayas, Alejandra

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
el aire me castiga el ser
detrás del aire hay mounstros
que beben de mi sangre

Es el desastre
es la hora del vacío no vacío
es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
tengo veinte años
también mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
he consumado mi vida en un instante
la última inocencia estalló
ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Còmo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
todo continuará igual
las sonrisas gastadas
el interés interesado
las preguntas de piedra en piedra
las gesticulaciones que remedan amor
todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
qué haré con el miedo

a León Ostrov
Alejandra Pizarnik
El despertar
Las aventuras perdidas, 1958

sábado, 26 de diciembre de 2009

las leyes del cielo y el infierno son versátiles, Silvina Ocampo

A ejemplo de las grandes casa de remate, el Cielo y el Infierno contienen en sus galerías hacinamientos de objetos que no asombrarán a nadie, porque son los que hay en las casas del mundo. Pero no es bastante claro hablar sólo de objetos: en esas galerías también hay ciudades, pueblos, jardines, montañas, valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos, temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de sensaciones y de espectáculos nos depara la eternidad.
Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado que cruza por la calle, está vestido de andrajos lascivos; si la rosa con títulos honoríficos, que te regalan, es un trapo desteñido y menos interesante que un gorrión; si la cara de tu mujer es un leño descascarado y furioso: tus ojos y no Dios, los creó así.
Cuando mueras, los demonios y los ángeles, que son parejamente ávidos, sabiendo que estás adormecido, un poco en este mundo y un poco en cualquier otro, llegarán disfrazados a tu lecho y, acariciando tu cabeza, te darán a elegir las cosas que preferiste a lo largo de tu vida. En una suerte de muestrario, al principio, te enseñarán las cosas elementales. Si te enseñan el sol, la luna o las estrellas, los verás en una esfera de cristal pintada, y creerás que esa esfera de cristal es el mundo; si te muestran el mar o las montañas, los verás en una piedra y creerás que esa piedra es el mar y las montañas; si te muestran un caballo, será una miniatura, pero creerás que ese caballo es un verdadero caballo. Los ángeles y los demonios distraerán tu ánimo con retratos de flores, de frutas abrillantadas y de bombones; haciéndote creer que eres todavía niño, te sentarán en una silla de manos, llamada también silla de reina o sillita de oro, y de ese modo te llevarán, con las manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia.
Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo.

informe del Cielo y el Infierno
La Furia, 1959

viernes, 25 de diciembre de 2009

con una placidez casi perfecta, Libertad Demitrópulos

Aquí es el miedo y a sus pies me tumbo
rodando en humaredas y demonios
ya a contraluz, como leopardos. Ya
bajo las alamedas es el miedo.

Y estoy contorsionándome a lo lejos;
me arrastro por mi turbia alma que humea,
con el pavor azul y de tu amno
que se va deshaciendo con mi miedo.

No es por tu voz que yo enloquezco ahora
bajo las alamedas del espejo
sino que siento que me tapa el miedo.

Y me hundo en la espiral de su sonrisa
con una placidez casi perfecta,
anonadada, ya híbrida de miedo.

aquí es el miedo
Muerte, Animal y perfume
Ediciones del Dock, 2008

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Joaquín Gianuzzi: ceci n´est pas un dinosaure

Los dinosaurios desparecieron por falta
de ideas progresistas.
De lo contrario habrían conjurado la vasta
desproporción entre el tamaño de la cabeza
y el imposible volumen del resto.
Por algún tiempo el equilibrio
pareció estable entre la inocencia
y la gestación de tragedias ciclónicas.
Hasta que la incongruencia determinó
las opciones vitales de esa vida monumental:
o bien el cerebro no pudo controlar
el mecanismo de la masa en estado crítico
o quizás el universo fue demasiado para él,
acaso un ácido sombrío que lo fue desvaneciendo
por diminutos, sucesivos estallidos
que terminaron por desplomar la especie.
Por cada cerebro, un derrumbe de montaña.

Epigrama con Dinosaurios
¿Hay alguien ahí?
Ediciones del Dock, 2003

vueltas las manos hacia arriba, Alberto Girri

De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
ya no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.

Antes hacía, ahora comprendo.

cuando la idea del yo se aleja
El ojo, 1963

“De Girri puedo decir esto: a veces no lo he entendido; pero siempre que lo he entendido, lo he admirado. A veces el poema me ha excluido, sin duda por incapacidad mía, no por torpeza suya. Yo querría conversar con él, y querría pedirle, humildemente, explicaciones sobre algunas cosas"

Jorge Luis Borges

Fuente: Alberto Girri, la búsqueda de la lengua, de Esteban Moore. http://www.ucm.es/info/especulo/numero29/a_girri.html

en el eterno presente que huye, Olga Orozco


No sé si habrás logrado componer tu escritura
con aquel minucioso tapiz de hojas errantes que organizaba
huecos y relieves,
prolijos ideogramas en este desmantelado atardecer;
tampoco sé si alguna vez me hablaste en los últimos meses
con ese congelado tintineo del vidrio, con el rumor del mimbre,
o el apremiante latido del corazón a oscuras;
y quizás tu mirada fuera entonces esa mirada circular del ágata,
que se abre, que se expande, que se amplía de agua en aire
más allá de la piedra y el fulgor y más allá del mundo.
Imposible saber. No consigo abarcar lo que me sobrepasa y te contiene;
no puedo descifrar de pronto las señales que no fueron costumbre.
Porque ahora traspasaste del todo la zona de los delirios y las
emanaciones,
donde la selva y las acechanzas de la selva se confunden,
y los días se tiñen con el color de lo que ya no es, de lo que no será,
y entre un cuerpo y su sombra vuelca el viento veinte siglos de historia
y en una y otra mano se multiplican las semillas de la incertidumbre
y a uno y otro pie se anudan las serpientes de la contradicción.
Porque tal es la prueba y tales las maquinaciones de la simuladora,
inabordable realidad.
No en vano deshojaste la envoltura del sueño y la vigilia,
palabra por palabra y ausencia por presencia,
hasta el último pétalo, hasta el temblor inmóvil del silencio.
(No revisaste acaso, palpando, escarbando, horadando la
trama del poema
el revés y el derecho del destino, los nudos del error, el bordado ilusorio,
sin encontrar la pura transparencia que permita mirar al otro lado?
Tu fuerza fue habitar en el Reino del No la casa de los
innumerables laberintos,
probando las entradas, rondando las salidas,
acechando visiones contagiosas, insectos y peligros y ratones.
e una casa oscilante, en continuo equilibrio,
justo en el borde de la inmensidad;
y allí viviste alerta, ensayando la ausencia, desasido de ti
-tu primera persona del singular cada vez más allá,
siempre más cerca de algún otro tú-,
siendo a la vez el cazador que descubre la presa y abandona el asedio
y el pájaro que intenta desterrar con las alas su recuerdo en el suelo.
Ya eres parte de todo en otro reino, el Reino de la
Perduración y la Unidad,
estás en el eterno presente que huye, que se consume y que no cesa,
y podrás ser por fin el nombre y lo nombrado.
Pero yo sé que casi medio siglo de amistad, permanencia,
emociones y amparo,
no me basta para encontrar que una pequeña huella,
una chispa en suspenso, un flotante perfume
son, en medio del anónimo coro universal, de la corriente del acontecer,
tu modo de dictarme lo más justo, lo más bello y lo más verdadero,
como antes, como siempre, con un gesto, con un talismán,
con una lágrima.
Y si así fuera, ¿cómo responder?
A partir de mi boca, de mi congoja y mi ignorancia sólo puedo rogar:
"Señor:
Haz que tu hijo sea como el más incontaminado de todos tus espejos
y muéstrale las cosas así como él quería, tales es como son.

a Alberto Girri
Espejo en lo alto
Con esta boca, en este mundo 1994