lunes, 5 de noviembre de 2012


Estimados amigos: el Taller Macedonio Fernández de lectura y escritura creativa y la Fundación Médica de Lomas de Zamora informan el fallo de los concursos nacionales Macedonio Fernández de narrativa y Javier Adúriz de poesía 2012. A continuación, los títulos y autores de los libros ganadores y mencionados:
 

 
PREMIO ÚNICO IX CONCURSO NACIONAL
MACEDONIO FERNÁNDEZ DE NARRATIVA BREVE
 
para el libro
Una foto de Einstein tocando el violín
de Irma Verolín
 
Asimismo, el jurado integrado por los escritores Silvia Camerotto,
Ana Bravo Adúriz y Roberto Ferro ha otorgado una
 
Mención especial
al libro
Pobre Pellegrini
de Roni Bandini
y recomienda el libro Esperando a Macedonio de Claudio Pérez.
 
PREMIO ÚNICO II CONCURSO NACIONAL JAVIER ADÚRIZ DE POESÍA
para el libro
 
Fenómeno natural
de Ricardo Costa
 
También fueron otorgadas por el jurado integrado por los poetas Griselda García,
María del Carmen Colombo y Rafael Oteriño las siguientes menciones:
 
Mención especial para el libro
La reina del celofán
de Hugo Rivella
 
Primera mención para el libro
Bailar solo
de Sergio Guerrieri
 
Segunda Mención para el libro
Hotel desesperado
de Yady María Henao
 
 
La entrega de premios y libros editados se realizará en fecha a confirmar, durante la primera mitad del mes de diciembre, en el Auditorio del Círculo Médico de Lomas de Zamora, Colombres 420.
 
Felicitaciones a los autores y todo mi agradecimiento al jurado!
 
Roxana Palacios
Dep. de Letras CODIC
Fundación Médica de Lomas de Zamora
Colombres 420, L. de Zamora
Tel: 4-244-1080, int. 29 / 156-782-4551
                  ww.cmlz.org

martes, 4 de septiembre de 2012

CONCURSOS LITERARIOS NACIONALES DE LA FUNDACIÓN MÉDICA DE LOMAS DE ZAMORA

Estimados amigos: el 31 de julio pasado se cerró la recepción de material de los Concursos Nacionales Macedonio Fernández y Javier Adúriz que coordino para la Fundación Médica de Lomas de Zamora, intitución sin fines de lucro que impulsa la producción literaria nacional a través del apoyo económico e institucional para la edición y premiación de dos libros (narrativa y poesía) por año.
En el blog del link se encuentran publicadas las bases y las nóminas de participantes de ambos géneros, dejando constancia de que los títulos indicados en color pertenecen a obras descalificadas por diferentes motivos. 

Roxana Palacios

http://concursonacionalmacedoniofernandez.blogspot.com.ar/

sábado, 23 de junio de 2012

Kábalah: el secreto cifrado de una búsqueda, por Beatriz Borovich

Kabalah no es religión sino filosofía, un modo de lectura 
a través del alfabeto hebreo y su significación en relación con el abecedario.


*El alfabeto cifrado (letras madres, dobles, simples)
*Gematría y proberbios cabalísticos
*El árbol de la vida
Prof. Lic. Beatriz Borovich
Magister en kabalah
Comienza lunes 6 de agosto a las 19.
Rodriguez Peña 1054
Vacantes limitadas


Te. 4 814 2762, Cel.15 4 1742961

martes, 1 de mayo de 2012

figuraciones excesivas, a propósito de la película "El pozo", de Rodolfo Carnevale. Por Roxana Palacios

."Allá en el fondo del pozo (...) donde 
no hay viento o perfume de hombre
donde jamás el mar impone su amenaza
allí, allí está quedo ese silencio"   (Vicente Aleixandre)
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El autismo es cosa seria. Conozco la herida. Y me importa. De modo que esta nota se alinea mucho más fuertemente con el "tema" que con lla dinámica, estética o recursos cinematográficos elegidos por el joven director Rodolfo Carnevale para el montaje de su película "El pozo"
Uno de los obstáculos más difíciles de salvar cuando se trata de poner en palabra o en imagen una representación es, a mi ver, dónde poner el foco para captar la atención del lector/espectador y que ésta no decaiga en el transcurso de las sucesivas secuencias (esto es: ¿quién/es narrará/n o desde dónde se narrará la historia?, ¿cuál/es será/n el/los punto/s de vista adoptados por el autor?, ¿de dónde provienen las voces intervinientes en lo enunciado?): el plus del arte narrativo no radica en qué sino en cómo se narra una historia. Pero cuando la elección de ese qué, de ese tema a tratar, se orienta a un referente de la experiencia concreta, vida real, mundo fáctico o cualquier nombre con que se quiera designar a los hechos de la vida cotidiana enmarcados en coordenadas espacio-temporales en sintonía con la actualidad discursiva, es imprescindible que se consiga una mímesis tan verosímil como respetuosa. Yo creo que se trata de despojar la trama narrativa de cualquier elemento que resulte excesivo o innecesario, cualquier efecto o figuración que pueda desviar el eje en torno al cual se trabaja la obra toda. Sine embargo, tales efectos son, por lo general, herramientas hiperseguras a la hora de conseguir empatía, identificación o desatar el llanto del receptor (lector-espectador) porque apuntan directamente a sus emociones más profundas, sin filtro.
La película "El pozo" está, al decir de su director, "basada en hechos reales" y narra sin tapujos la historia familiar de una joven "autista" (Pilar) y su familia; las contradicciones, desesperación, culpas y destaenciones tanto del entorno familiar como del sistema de salud, sociedad y conflictos psicológicos que rodean la convivencia con una persona de características diferentes. Es, desde el inicio, una elección compleja, intensa y sobradamente riesgosa por parte de un director. Pero, Carnevale se las arregla para no arriesgar del todo. Por el contrario, se asegura la manipulación de las emociones del espectador al no escatimar efectos y recursos de los arriba mencionados. Así, escenas cargadas de petetismo y todo tipo de mezcla o imaginación melodramática (como las flameantes banderas argentinas en el cabildo del bicentenario la noche en que Pilar huye del instituto o las imágenes alucinatorias de la joven, donde una estatuita de la libertad norteamericana cobra vida y la hace sonreír), por mencionar sólo dos de los muchos efectos creativos de la película, dejan sin aire a buena parte de la audiencia, mientras otra parte reflexiona acerca de esta curiosa elección del material cinematográfico.
Soy abuela de un niño con autismo y, como muchos, trabajo en la concientización de esta realidad para su prevención y diagnóstico temprano con el objetivo de que cada vez haya más posibilidades para los niños, jóvenes y adultos que, por una u otra causa, llevan consigo esta característica. La película no me gustó porque no encontré en ella -no pude vislumbrar- más objetivo que el éxito cinematográfico a costa de un tema especialmente álgido de la sociedad actual.
Como familiar de un niño con autismo, la película "El pozo" me desagradó por la utilización que se hace del tema. Como escritora, considero que el film es de baja calidad -salvando las correctísimas actuaciones de Ana Fontán, Patricia Palmer, Ezequiel Rodríguez y Eduardo Blanco- por la cantidad de lugares comunes encaminados al melodrama, desde el principio hasta el mensaje final, en un espacio y tiempo donde muchas de las familias de personas con autismo vivimos concretamente la problemática se este rasgo con una mirada bastante más orientada a la posibilidad de encuentro de elementos que posibiliten la convivencia, que a padecerlo como un drama sin salida.
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Roxana Palacios
Mayo de 2012

jueves, 1 de marzo de 2012

Adhesión a la megamuestra por el agua 2012, Espacio Diez de Arte

Empujados al desierto

Adhiero a la convocatoria de la megamuestra por el agua. Adhiero a la dedicación, el entusiasmo y, sobre todo, a la alianza de partes que implica lo que a cada uno corresponde: el sitio en una pared o en un micrófono. Para quienes trabajamos con la palabra es bastante difícil precisar lo que se manifiesta tan claramente en una imagen: las imágenes permiten superposiciones, simultaneidad, collage; el lenguaje, en cambio, necesita de la cadena temporal para cobrar sentido. Se trata de qué decir, pero también en qué orden. A diferencia de la imagen, que es pura presencia, la palabra resuena en ausencia del sujeto que se nombra. Digo, por ejemplo, el agua vale, y el agua no está. Incluso cada uno de nosotros podría imaginar diferentes modos para el sujeto agua: alguien podría pensar en un glaciar, otro en un lago, otro en una botella más o menos vacía, más o menos llena de agua.
Puedo enunciar otro predicado: no se vende, y esto va más allá de la ausencia todavía, el sujeto ahora es tácito: el agua está implícita y hablo de ella, sí, pero ni siquiera la he nombrado. Lo curioso es que cada día nos resulta más dificultoso atender a lo que es tácito. De tanto validar el ver para creer, el fundamento de las utilidades dejó nuestras mentes desprovistas de sentido para lo ausente. Cuánto más para lo implícito.
Quizás pueda apoyarme en una imagen: podríamos pensar en un hilo de agua en suspensión. Visualizarlo chorreando hasta desparramarse en el suelo. Suponerlo medible. Podríamos imaginar a un hombre lejos de allí, en el desierto, tan débil como cualquiera de nosotros, necesitando aquel hilo de agua -el hombre es capaz de muchas cosas con tal de satisfacerse, sin embargo, no es capaz de fabricar el agua que necesita para sobrevivir-. Demasiado dependientes a pesar de nuestra apariencia: cualquier deseo de libertad está supeditado a un cuerpo cuyo principal componente, el elemento indispensable, mayor, imprescindible, está fuera y -como todo lo sagrado- es imposible de reproducir.
Imagino ahora una reunión de pocos hombres decidiendo el destino de muchos hombres. Sus personalidades, su identidad. He estudiado esa cuestión desde hace años y tengo algo para decir al respecto: nuestra identidad no es el yo-ego individual y exitoso. Al menos no lo es en la conciencia de parte indispensable para vivir en comunidad. En la alianza colectiva hay un pacto tácito donde cada cual se limita -por el propio valor de su razón- a lo que le toca, sin abusar de la parte de su vecino. Es allí donde la clasificación dice que somos especiales en el reino. Hombres, con uso de razón. Pero se sabe que a los humanos se nos ha hecho dificultoso reconocer las implicancias, y este grupo de pocos hombres que imaginamos no escapa a su género.
Como ellos, no sabemos casi nada –aunque las apariencias prediquen lo contrario- y vivimos en el desperdicio globalizado: de agua, de alimento, de información, de valores. Sin cálculo y sin control. Sin prudencia. Sin medir consecuencias ni peligros. Nos educaron para lo medible y, sin embargo, parece difícil mensurar algo más que lo que conviene al aquí y ahora del propio beneficio. Me pregunto cuánta agua de más gasto respecto de lo pautado. Me pregunto dónde está pautado lo pautado. Busco explicaciones en los libros y en las leyes. Encuentro poca justicia en un modo tan irregular de medir. Parece inútil distinguir lo trascendente de lo efímero: gasto bastante agua al bañarme, pongo unas cuantas maquinadas de ropa al día –mi familia es numerosa- y en el jardín de mi casa hay también riego por aspersión. Pero el ciclo del agua es perfecto: circula constantemente de la evaporación a la precipitación y se desplaza hacia el mar. El problema es el exceso.
Al igual que muchos, no quiero la megaminería a cielo abierto en mi país, ni el cianuro en tu agua, ni el saqueo de los recursos naturales para nuestros nietos. Al igual que muchos, reclamo con fuerza -y con todo derecho- gobernantes que protejan a mi familia y a mis amigos, a los médicos que sanan y a los artistas, que también sanan. A los artesanos, a los comerciantes, a quienes construyen y a quienes transforman; a los que importan y a los que exportan; a los que viven, para vivir en dignidad y a los que mueren, para morir también en dignidad. Como muchos, quiero tomar una dimensión más genuina de la parte que me toca, y sobre todo de la parte que no me toca, porque ésa es de otro y, en este momento, le falta.
Hace algunos años confiaba en la posibilidad de cambiar grandes cosas con buenas ideas y una lucha ferviente para ponerlas en práctica. Hoy sé que el enojo es estéril y el trabajo, fecundo; que tengo algo que ver en aquello que critico y que la conciencia de parte es uno de los caminos más misteriosos y sagrados que un ser humano puede emprender, porque la conciencia de parte no figura en los manuales, ni en los libros de leyes; no está en las constituciones ni en los códigos de guerra. Yo soy cristiana, pero Aristóteles, que no lo era, concebía al Bien Supremo como aquello hacia lo cual debía ir dirigido el accionar del hombre justo y no había, para él, otro modo más eficaz que el discernimiento de la razón humana -la chispa intuitiva de la razón, despojada, como en un desierto, del bombardeo de lo material- para distinguir lo bueno de lo malo y alcanzar la felicidad.

Roxana Palacios
Temperley, 1 de marzo de 2012

domingo, 26 de febrero de 2012

Silvina en elespejo, seminario del mes de marzo, por Roxana Palacios

Lo bello y lo siniestro en la narrativa de Silvina Ocampo

Antes de Freud, las nociones dominantes en la conceptualización del fenómeno estético eran las establecidas por Kant, Lo bello y lo sublime: “lo bello en la naturaleza se refiere a la forma del objeto, que consiste en su limitación; lo sublime, por el contrario, puede encontrarse en un objeto sin forma, en cuanto en él u ocasionada por él, es representada una ilimitación.

El término sublime proviene del adjetivo latino sublimis,-e: lo que está en el aire, en lo alto, por el aire. Y se sabe que cualquier forma de creación artística quedó, a partir de Freud, ligada al concepto de sublimación. Al introducir la categoría de lo siniestro, Freud produce una fractura sobre la que se plantea que lo bello no llega a serlo sino con referencia a lo que revela: lo siniestro que habita en su interior. Para Eugenio Trias “La obra artística traza un hiato entre la represión pura de lo siniestro y su presentación sensible y real. En ello cifra su necesaria ambivalencia: sugiere, sin mostrar, revela, sin dejar de escamotear algo, muestra como real algo que se revelará ficción.(...) En ningún caso patentiza, crudamente, lo siniestro, pero carecería de fuerza la obra artística de no hallarse lo siniestro presentido...”

Para Freud, la voz alemana das unheimlich (lo ominoso, traducido también como lo siniestro) tiene que ver con lo terrible que es propio de las cosas conocidas desde tiempo atrás, algo que debería haber quedado oculto, pero se ha manifestado: Lo siniestro se da cada vez que se desvanecen los bordes de la realidad, cuando el símbolo cobra la fuerza de lo simbolizado. "Lo siniestro se da, frecuente y fácilmente, cuando se desvanecen los límites entre fantasía y realidad; cuando lo que habíamos tenido por fantástico aparece ante nosotros como real…" (…) “En el dominio de la ficción no son siniestras muchas cosas que lo serían en la vida real (...) muy distinto es, en cambio, si el poeta aparenta situarse en el terreno de la realidad cumún (...) el poeta puede exaltar y multiplicar lo siniestro mucho más allá (...) nos engaña al prometernos una realidad vulgar para luego escapar de ésta”
En Ocampo, el animismo, la transformación, el faantasma, el tema del doble, el mito o lo premonitorio resignifican el sentimiento de lo siniestro precisamente por vincularse al marco de lo cotidiano. Y hay un plus, un valor agregado definido por el artificio.

El seminario se articula a partir de la lectura directa de tres cuentos de Silvina Ocampo en sintonía con las nociones mencionadas.

Inicia: miércoles 7 de marzo

Todos los miércoles, a las 18, 30, en el Círculo Médico de Lomas de Zamora.
Colombres 420Lomas de Zamora.


Miércoles 7/3: Silvina Ocampo en contexto.

Miércoles 14/3: “La red”, en Autobiografía de Irene, 1948. Enigma y fantasma

Miércoles 21/3: “Amada en el amado”, en Los días de la noche, 1970. Lo mágico, el mito, el tema del doble.

Miércoles 28/3: Sábanas de tierra” , en Y así sucesivamente, 1987. Lo bello en lo siniestro como posibilidad de artificio.


Bibliografía

Barthes, Roland, “La muerte del autor”, El susurro del lenguaje, Más allá de la palabra y de la escritura, Paidós, Barcelona, 1999.

Bioy Casares, Adolfo, “Prólogo”, Antología de la literatura fantástica, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999.

Freud, Sigmund, "Lo siniestro", Obras Completas, Tomo III, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid; 1981.

Joyce, James, Ulises, Losada, Buenos Aires, 1999.

Kant, Immanuel, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, Alianza, Madrid, 1995.

Kristeva, Julia. “La palabra, el diálogo y la novela“, Semiótica I, Fundamentos, Madrid, 1981.

Ocampo, Silvina, Cuentos Completos, Tomos I y II, Emecé Editores, Buenos Aires, 1999.

Saer, Juan José, El concepto de ficción, Ariel, Barcelona, 1997.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Curso anual de Kabalah I 2012, por Beatriz Borovich

La palabra Kabalah viene de la raíz hebrea le kabel que significa" recibir la Luz" para interpretar partes del Texto Sagrado del Antiguo Testamento. Recibir la Luz para iluminar a los que estudian esta filosofía oculta del judaísmo, y poder descifrar un nombre. Kabalah es tradición, misticismo, esoterismo, teosofía (cuando digo esoterismo me refiero a lo oculto, cuando digo misticismo, digo intuición, contemplación) El hebreo es una lengua llena de metáforas y símbolos a los que hay que interpretar para comprender y entender lo que está “oculto"

El curso comienza el 7 de marzo, los días miércoles de 19 a 20 y 45, en el Instituto de Cultura Religioso Superior, Rodríguez Peña 1054.

Inscripción: miércoles y jueves de febrero, de 18 y 30 a 20.

Te 4 814 2762 o 15 4 1742961.

Página web con información ampliada: www.kabalahliteratura.com.ar

E-mail: beatriceboro@fibertel.com.ar , beatrizborovich@gmail.com

Beatriz Mordkowicz Borovich es profesora y licenciada en letras, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Magister en Kabalah y especialista en Gematria. Directora de Cultura, RR.HH. y RR.PP. del Grupo Editorial Lumen. Ex Titular de Análisis Literario y Redacción de la carrera de Diseño Gráfico, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UBA). Dicta cursos de Kabalah (I, II, III) y coordina seminarios sobre Borges, mitos y cuentos maravillosos, a nivel nacional e internacional, para especialistas, guionistas y público en general.

*Imagen: Árbol de la vida, Klimt, 1905

lunes, 20 de febrero de 2012

Carnaval: ¿la carne vale o levar la carne?, por Roxana Palacios


Para los cristianos, Carnaval es el nombre de un tiempo de tres a cinco días que precede al inicio de la Cuaresma. Para quienes profesan otros credos o se sienten por fuera de toda creencia trascendente, es la fiesta popular que se celebra en días específicos del mes de febrero, y que consiste en bailes de disfraces, máscaras, desfiles o exhibiciones más o menos bulliciosas, según el espacio, clima o temperamento de las poblaciones. Pero lo cierto es que esta tradición viene de largo, y el surgimiento del cristianismo produjo una revalorización de estos festejos –como de tantas otras tradiciones y prácticas- a partir de la presencia de Jesús en el mundo.

El origen de la palabra carnaval es bastante discutido todavía, y es también curioso -carnaval suena muy parecido en cualquier lengua que se lo pronuncie- el origen de la fiesta. Hay acuerdo en descartar la fórmula carne-vale en términos de confortar la carne mediante todo tipo de desbordes como preparación para una posterior abstinencia, para dar lugar a la noción de carne-levare: quitar, alivianar, elevar la carne.

Esta fiesta, que puede rastrearse desde los inicios de la escritura hace más de 5.000años en la Mesopotamia, entre los ríos Eufrates y Tigris, más exactamente en Ur, donde, al parecer, se veneraba al dios Marduk a quien se retornaba, después de varios días de confusión y desorden -en el que ritualmente se festejaba a un falso dios a quien se daba muerte para retornar al orden Marduk- y tenía el rasgo dominante de mezclar o abolir las jerarquías imperantes, plantear el mundo al revés o lo imposible -que para el hombre antiguo no era otra cosa que el tiempo- como realidad de vida.

Los pueblos modificaron la tradición a su medida, en algunos casos desapareció junto con ellos, en otros se sostuvo, como en las bacanales o saturnalias del Imperio Romano, que desembocan como un embudo en los fantásticos carnavales de Venecia o Florencia.

Las tradiciones se mezclan, se fusionan. En Barranquilla, por ejemplo, los disfraces tienen un simbolismo bastante específico y la batalla de las flores recuerda el fin de la Guerra de los mil días. Río, Oruro, Gualeguaychú, cada pueblo con su mezcla de Reyes Momos y Reinas del Carnaval. Cada cual con su propia hibridación.

En el ámbito del lenguaje, Mijail Bajtín estudió la carnavalización en el contexto cultural de Francois Rabelais (1494-1553) Es interesante el recorrido de Bajtín, entre otras cuestiones prueba que la literatura -al igual que el habla, esa parte dinámica y cambiante del lenguaje que no obedece a las leyes de la lengua sino a sus propias formas transitorias- es la manifestación del carnaval, con sus matices críticos y paródicos, frente a los valores establecidos: “El carnaval no se contempla ni se representa, sino que se vive en él según sus leyes mientras éstas permanecen actuales, es decir, se vive la vida carnavalesca” en la que se suprimen las jerarquías y toda desigualdad entre los hombres: “Los hombres, divididos en la vida cotidiana por las insalvables barreras jerárquicas, entran en contacto libre y familiar en la plaza del carnaval”

Como en la literatura, se vive -entre "realidad" y "juego"- un modo diferente de relaciones, opuesto a las formalidades de la vida oficial: “Las festividades (cualquiera sea su tipo) son una forma primordial determinante de la civilización humana”, el carnaval en tanto tradición festiva, “era una especie de liberación transitoria, más allá de la órbita de la concepción dominante (…) y apuntaba a un porvenir aún incompleto”

Y algo más: Bajtín profundiza su estudio en torno a la risa -desde la “risa de Pascua” autorizada por la tradición monacal -risus paschalis- hasta la “risa de los tontos” como eco medieval de los carnavales públicos- para explicar nuevas formas de comunicación verbal: géneros inéditos o cambios de sentido vinculados a los nuevos tipos de relaciones establecidas a partir del rito carnavalesco.

Más allá de los festejos de febrero, hoy vivimos en la cotidianeidad familiar, social y mediática la exacerbación del lenguaje desbordado de la plaza pública: palabras injuriosas, exageraciones, expresiones altisonantes a veces muy alegres, a veces muy violentas.

Desde el punto de vista lingüístico, las consideradas “malas palabras” son fórmulas fijas y estereotipadas, una clase verbal específica -ni buenas ni malas, tal vez sólo tabúes que cobran significación en tanto nombran aquello que “no debería ser nombrado en público” y son, por lo tanto, marca de informalidad- dentro del lenguaje y cumplían en otros tiempos -quizás también ahora- funciones de carácter mágico y encantatorio porque contribuían a la creación de una atmósfera de libertad, dentro de la vida secundaria carnavalesca.

El estudio de Bajtín trabaja en profundidad instancias muy interesantes y ayuda a recorrer espacios históricos que fundamentan el diálogo permanente de su anterioridad con su posterioridad, pero hay algo que quiero destacar porque es francamente contradictorio y, por lo tanto, interesante de volver a pensar: la ambivalencia. Palabras que degradan y mortifican pueden, a la vez, ser motivo de regeneración y, sobre todo, de renovación de aquello que callaban, como en el ciclo de la tierra, como en el proceso de la vida humana, como en la revelación de todo lo creado: regenerar, volver a generar comunicación -que proviene de la voz latina communis, con raíz indoeuropea mei, al igual que Comunidad, Comunión y Municipio-, y aceptación de la diferencia entre los seres humanos.


*Toda la itálica recupera citas del libro La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: El contexto de Francois Rabelais, de Mijail Bajtín, Alianza, Madrid, 1994.

*Otra fuente: Estética de la creación verbal, Mijail Bajtín, México, Siglo XXI, 1995