se diría que los dedos miraban lo profundo no miraban
pero él no está
alguna tibia un fémur un agujero del cráneo compañero de todos los agujeros del cráneo en aquel hueco del suelo
(un zorzal empecina el gorjeo)
se diría que él no está en el lugar exacto donde la camioneta do dejó y aunque trataron de cubrirlo con mil capas de arcilla
él escapó él escapó él escapó él escapó él escapó
(un zorzal habita el ciprés)
se sabe no se sabe que él volvió al rincón de las fotografías y a la escuela con el moño azul con el moño azul y las medias caídas
(un zorzal llena de cantos el ciprés)
se diría que él no rima él rima y él es viento cuando apaga las velas
cuando alumbra
se adormece en un canto en la mano de un niño que pide que no pide
se diría que él es niño que él no es niño
que gesta con el viento cenizas de la lluvia para regar los pies de muchos niños que vuelven de la escuela
(un zorzal canta en la madrugada)
se sabe que él peleó por cada molécula del sur
que intentaron quebrarlo y él escapó él escapó él escapó
en la mano
tenía
un lápiz color zorzal
un moño
azul
blanco y azul
a E.M.
a Liliana Díaz Mindurry
"Él escapó", en Si alguien no escribe un verso, 2002
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarUn texto admirable, propio de una gran escritora como Liliana. Felicitaciones.
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarUn texto que expresa todo un drama social con notable maestría. Excelente Adolfo Zutel.