Alguna vez, Macedonio Fernández se definió como un “escritor de comienzos”, aunque no desconocía que “el principio del discurso es su parte más difícil”. Sin embargo, en esa aparente dicotomía, se situaba una forma de pensar, una travesía en la experiencia de la vida. La realidad de Macedonio surgía de la metafísica, esa fuente natural de su riqueza conceptual y su notable estilo digresivo. La negación del tiempo y el espacio, es una prolongación de su idea del ser como una sensibilidad exenta de yoísmo. La sustancia de su activa reflexión, subvierte lo circundante e indaga en el universo de lo humano y en la problemática del arte. Macedonio juega con el principio de identidad, y sostiene que la intensidad es la esencia de lo absoluto. En su cosmovisión, la plenitud está en el vacío. (…) El desafío de su visión paródica del mundo, es otro elemento insoslayable de su genialidad. “Su cultura –según José Isaacson, en su libro Macedonio Fernández, sus ideas políticas y estéticas - se asienta sobre la cultura universal, pero su estilo es netamente argentino”. Macedonio insta a no inmovilizar el pensamiento, a darle alas a la razón subyacente, a destacar que si un fragmento es una obra de arte, “debe ser construido como si fuese una totalidad”. (..) En sus escritos misceláneos, no diferencia la teoría de la ficción y plantea problemas metafísicos y experimentales que anteceden a otros eminentes teóricos del tema. La literatura que ofrece, es una combinación de paradojas atravesadas por el absurdo y el rechazo al realismo. Lo sentido es y es siempre actual, en donde la existencia es la esencia del Universo y la Belleza es la armonía que lo rige. “El estilo de ensueño –dice Macedonio- es la única forma posible del Ser, su única versión concebible”. En esa línea nos deslumbra cuando señala: “Vigilia, tú no eres todo, hay un despertar más profundo; conocimiento místico, y sueños detrás de los párpados cerrados”. La revelación de su poética, adquiere el valor emocional de lo trascendente. Por eso, subraya que: “El ser es místico, es decir, pleno en cada uno de sus estados”.
"Macedonio Fernández: una presencia mítica", Semblanzas Recobradas, David Antonio Sorbille, 2009
Foto: Macedonio Belarte, Revista Digital de Cultura
gracias, David, por ésta y todas tus colaboraciones!
ResponderEliminarQuerida Roxana: es un honor que me hayas publicado en tu excelente página. Un abrazo. David Antonio Sorbille
ResponderEliminarQuerido David: Voy a repetir las palabras de María cuando leímos juntos tu artículo "este David siempre nos sorprende". Excelente tus apreciaciones sobre Macedonio.Querida Roxana, exquisita página. La cultura agradecida.Un beso Miguel Madrid
ResponderEliminarMuchas gracias por tus cálidas palabras Miguel. Las retribuyo de corazón en esta magnífica página de Roxana. David Antonio Sorbille
ResponderEliminarMuy bueno David, muy bueno.
ResponderEliminarUn gusto leerte amigo, Gus.
Muy agradecido por tu opinión Gustavo. Un abrazo y nos seguimos leyendo en esta web de nuestra querida Roxana. David Antonio Sorbille
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