(...) "Ustedes viven tratando de escribir -me dijo una vez-, eso me da miedo. ¿Qué es un poema, muchacho, comparado con esta ciudad, con este viento?" Yo le quería decir a José que no escribía por elección, que en mí eso es una necesidad tan natural como lo era para él contar sus fantásticas historias, pero me cortaba el discurso con un palmotazo en el hombro. En el fondo él sabía lo que yo quería decirle; en el fondo a los dos nos ocurría lo mismo. Sólo que él necesitaba otro lenguaje, un lenguaje efímero, que se consumiera en el acto, como un fósforo. Eso era para él la poesía.
"José", PBA, n. 16-17, 1954, p.3, en Poesía Buenos Aires 1950-1960, 2010
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarPaco Urondo, gran poeta, de quien Juan Gelman señaló, que para él “no hubo abismos entre experiencia y poesía”. Entre sus poemas póstumos resaltan aquellos versos sobre la injusta realidad que demandó hasta su sacrificio. Escribió, entonces: "Le daré la vida para que nada siga como está".