Entre muchas virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujo aún no estaba empezado. Necesito otros cinco años, dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurrieron diez años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante, con un solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto.
"Rapidez", en Seis propuestas para el próximo milenio, 1998
Excelente y sabia cita. ¡Gracias por proporcionárnosla!
ResponderEliminarbuena cita la cual nos expresa que busquemos la esencia del alma. no hay que guiarse por las apariencias porque asi no se conoce lo que realmente es vivir ni los sentimientos más profundos pueden ser entendidos.
ResponderEliminarDavid Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarUn placer leer a Italo Calvino. Sencillamente genial.